¡Qué poco vale el tiempo!

El tiempo es relativo, dijo alguna vez Einstein, pero ¡qué devaluado está el valor del tiempo, cómo lo minimizamos y lo despreciamos!; a menos que se le dé una cuantía, es decir, siempre que genere un rédito económico, solo entonces es valioso, de allí que “time is money”.

Atrás quedó la creencia de que el tiempo que se dedica a la lectura es el tiempo mejor invertido. Ya nadie dedica un par de horas a la actividad más íntima y gratificante para el cerebro y el espíritu. Ahora con el ruido, las prisas, la inmediatez y el facilismo, se han inventado técnicas de lectura rápida que, según sus defensores, te ayudan a entender y asimilar todo aquello que lees, más rápido, para que así puedas leer más. Pero realmente ese tiempo que ahorras: ¿lo utilizas para leer más?, ¿te sirve para enriquecer tu vida, tu mente y tu espíritu? ¿Qué pasa con la imaginación, la mayor beneficiaria de todo lo que leemos, será que se está muriendo con tanto ahorro de tiempo; y no es acaso esta misma imaginación la madre de la tan mentada creatividad tan solicitada hoy en día?

Por otro lado, cada día aparecen miles de programas que te ayudan a “optimizar” tu tiempo: tu rutina de ejercicios, tus horas de dormir, el tiempo que debes dedicar al trabajo y casi, casi, hasta el tiempo que utilizamos en las necesidades orgánicas. ¿Estamos utilizando en actividades valiosas todo este tiempo que la tecnología nos permite economizar? ¿o es que acaso, subestimamos tanto al tiempo que lo malgastamos en actividades inútiles, únicamente valoradas por el esnobismo de la época que nos ha tocado vivir?

Ni qué decir de la famosa frase que muchos padres repetimos hasta el cansancio para descargar la conciencia: “a los hijos hay que darles calidad de tiempo, no cantidad”. Pues como se prospecta la sociedad, estamos escasos tanto de cantidad como de calidad. ¿Cómo podemos pretender entregar calidad de tiempo a nuestros hijos, cuando lo que disponemos para ellos son dos o quizás tres horas en días laborables y unos fines de semana de cansancio y deberes domésticos? Aunque no lo creamos, para generar calidad en cualquier ámbito es muy necesario la cantidad.

Pues sí señores, espero que todos tengamos respuestas coherentes y positivas para las interrogantes y reflexiones antes planteadas. Si es así, ¡felicitaciones! nos hemos tomado tiempo para analizar lo que estamos haciendo, es decir, nos hemos dado cuenta que la vida es solo eso, un espacio determinado de tiempo; entonces el tiempo, nuestro tiempo, es valioso y merece ser bien considerado y utilizado, para que al final de nuestros días no nos arrepintamos de haberlo malgastado.

Atte. Irene González
Correctora de textos
Directora de Sinergia Literaria
igonzalez@abril.ec


Comentarios