Urgente, se buscan seres relacionales

Es una realidad, estamos perdiendo la capacidad de relacionarnos. Muchos dirán que es una falacia, que ahora con el internet estamos en capacidad de llevar nuestras relaciones hacia fronteras insospechadas, que con un click, podemos comunicarnos con nuestros parientes lejanos o conocer a una persona al otro lado del mundo. Pero la verdad es que cada día nos estamos volviendo asociales, incapaces de mostrar claramente nuestras emociones y gestionarnos para poder convivir en equilibrio con los demás.

Las nuevas generaciones han nacido con el internet como norma de convivencia. Pueden hablar, jugar o debatir por horas a través de las redes sociales, el wasap, snapchat y demás aplicaciones, sitios o vías digitales; pero ¿qué tal lo hacen frente a frente? Es increíble comprobar que hay jóvenes que no pueden articular una conversación coherente en frente de sus pares, peor aún con gente de generaciones distintas a la de ellos y se limiten a silencios vergonzosos o a una abstracción en sus dispositivos digitales. Lo peor es escuchar a los adultos decir “déjenlos, son así”.

Es raro, todos nos hemos acostumbrado a usar los famosos emoticones para manifestar nuestros estados de ánimo, pero ¿qué pasa cuando nos encontramos frente a la persona que queremos demostrarle nuestra antipatía o nuestro rechazo, por cualquiera que sea el motivo? Simple, no podemos, nos hemos vuelto unos hipócritas. Ni que decir de los nativos digitales, son personas frías, que despersonalizan todas sus relaciones. Y no, no es un juicio negativo, solo hay que ver las noticias todos los días: cómo aparecen asesinos cada vez más jóvenes, personas sin simpatía y peor aún sin empatía por los demás, seres inhumanos que no saben cómo gestionar sus emociones como la ira o la frustración.

Es tan evidente la degradación de las relaciones, que la más básica, la relación de pareja ha perdido todo su valor. Ese amor romántico, que antes era alcanzado con gestos, una comunicación constante y de calidad; y con un profundo sentido de la constancia, ha perdido todo su valor. Ahora podemos enamorarnos e incluso tener relaciones sexuales por internet. Todo aquello sin involucrar sentimientos o valores como el compromiso, la fidelidad o el respeto, todos ellos necesarios para tener, mantener y retener una relación de carne y hueso. Ya es tan normal oír sobre las relaciones abiertas, libres; matrimonios que no duran más allá de los 10 años, y después de esto ¿qué? Ausencia de familias estables que son la base de una sociedad saludable.

Recordemos que precisamente esa capacidad para crear relaciones y comunicarnos, fue lo que un día nos hizo abrir una brecha entre nosotros y los demás animales. Fue esta característica y no otra, la que nos dio una diferencia competitiva y nos hizo evolucionar. Porque en esencia somos solo eso, animales con conciencia, inteligencia, sentimientos y valores que pudieron relacionarse; y que poco a poco, por mucha tecnología que hemos creado, lo estamos perdiendo. Estamos retrocediendo y podría ser nuestra perdición como especies. 

Debemos empeñarnos en enseñar a las nuevas generaciones, desde que son muy pequeños, lo necesarias, importantes y enriquecedoras que son las relaciones personales de todo tipo, antes de enseñarles cómo manejar un teléfono celular o la computadora. Solo así estaremos dándoles una verdadera herramienta para poder convivir en un mundo cada vez más interconectado y global.

Atte. 
Irene González
Investigadora
Directora de Sinergia Literaria
igonzalez@abril.ec

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